Síndrome de Haglund: cuando el talón se rebela (y cómo lo arreglamos en AGM)
Tu cuerpo es como un coche de Fórmula 1. Y tu talón, amigo, amiga, es esa pieza que si se fastidia, no hay paseo por Santa Cruz que valga.
¿Notas una protuberancia en la parte de atrás del pie? ¿Te duele al caminar, correr o simplemente existir? A lo mejor ya has descubierto lo que se llama, con nombre de sueco elegante pero dolor intenso, síndrome, deformidad o exostosis de Haglund.
Y sí, en AGM Fisioterapia lo vemos cada semana: runners, ciclistas, gente que usa zapatos infernales… Todos con cara de “¿esto tiene arreglo?”. Spoiler: sí, y lo hacemos nosotros.

¿Qué demonios es el síndrome de Haglund?
Lo explicamos en modo terrenal: es una exostosis, o sea, un bulto óseo en la parte posterior del talón, justo donde se engancha el tendón de Aquiles. Esa protuberancia se pone rebelde, roza con los zapatos, inflama todo y de paso irrita la bursa y al tendón. Un fiestón.
En AGM le llamamos el “cuerno del diablo del talón”, porque aparece cuando menos te lo esperas y no te deja vivir en paz.
¿Te suenan estas situaciones?
- Te compras unas zapatillas nuevas y parece que te están clavando un cuchillo en el talón.
- Vas caminando por la playa de Santa Cruz y acabas buscando una excusa para quedarte quieto «contemplando el mar».
- Esa “bola” en el talón ya no es graciosa… y cada vez está más cabezota.
- Subes escaleras como si llevaras muelles oxidados en los tobillos.
- Cada vez que haces deporte, tu talón te manda una amenaza.
- Tu calzado favorito ha pasado a ser un par de chanclas. Y ni eso.
Causas: ¿por qué te tocó a ti?
Porque la vida no es justa… pero también por esto:
- Tienes el pie cavo o muy rígido (y no lo sabías).
- Usas zapatos duros o muy ajustados (esa moda traicionera).
- Corres mucho, estiras poco y tu Aquiles está más tenso que el final de una serie turca.
- O simplemente tu hueso decidió crecer más de la cuenta como ese compañero de clase que se estiró un verano y volvió con barba.
¿Qué puedes lograr viniendo a AGM Fisioterapia?
- Imagínate entrar cojeando y salir sin querer regalar tus pies en Wallapop.
- Tratamientos personalizados que ni tu playlist favorita.
- Ondas de choque, EPI, Indiba… tecnología de vanguardia que hace que tu talón diga “gracias por fin”.
- Fisioterapeutas especializados en tobillo y pie que no improvisan: aquí no hacemos “masajitos”, hacemos ciencia con pasión.
¿Cómo lo tratamos en AGM?
🎯 Primero, diagnóstico como Dios manda. Te evaluamos biomecánicamente, te hacemos todas las pruebas necesarias y detectamos si hay bursitis, tendinopatía o todo junto con extra de salsa.
💆♀️ Después, manos a la obra (y tecnología a tope):
- Descargas mecánicas personalizadas.
- Estiramientos dirigidos.
- Terapias manuales específicas.
- Ondas de choque para romper la inflamación crónica → te contamos todo sobre eso aquí.
- Electroterapia con Indiba o EPI si hace falta.
- Y si hay que hablar con un traumatólogo, te derivamos sin rodeos.
FAQs (preguntas que seguro te estás haciendo)
¿Esto duele?
Solo lo justo. Dolor de “ahora sí, estamos arreglando esto”, no de “sálvame, por favor”.
¿Cuánto tiempo voy a tardar en curarme?
Depende, pero en AGM vamos a toda máquina. Normalmente entre 3 y 6 semanas ya ves la luz.
¿Puedo seguir entrenando?
Te adaptamos el plan para que no te vuelvas loco ni pierdas forma. Aquí se trata de optimizar, no de parar el mundo.
¿Necesito cirugía?
En el 90% de los casos, no. Solo si llegas muy tarde y con la zona hecha polvo.