Reflexión sobre suplementación: ¿Qué tomar y qué no?

La verdad incómoda sobre la suplementación: lo que funciona, lo que no… y lo que te están vendiendo

Por Álvaro Gómez Molina · AGM · 24 de noviembre de 2025

La conversación:

Todo empezó con una pregunta que me hicieron el otro día:
“Álvaro, ¿qué suplementación tomo? ¿Qué es necesaria y qué no?”

Y de repente me vi ahí, pensando como cualquiera cuando empieza a preocuparse de su salud:

  • “¿Tengo que tirar las sartenes de teflón?”
  • “¿Qué crema no tendrá disruptores endocrinos?”
  • “¿Qué desodorante es seguro?”
  • “¿Luz azul? ¿Gafas especiales? ¿Vitamina D? ¿Retinol? ¿Ácido hialurónico?”

Una escalada infinita que te mete en un bucle mental de “optimización” constante.
Y entonces me acordé de una de las frases más acertadas que he escuchado nunca.

Un mensaje que me cambió la perspectiva.

Una frase que se te queda grabada

Ese mensaje vino de un amigo al que admiro mucho:
Pablo Hernández, doctor en Biología, uno de mis grandes amigos de la vida, aunque no nos veamos todo lo que nos gustaría.

Un día, hablando de todo esto —de toxinas, de sartenes, de cosméticos, de suplementos— me soltó algo que me atravesó como un rayo:

“Álvaro, lo mejor que puedes hacer por tu salud es dormir bien y comer lo más sano posible.”

Boom.
Simple. Claro. Innegociable.

Y cuanto más lo pienso, más razón tiene.

La paradoja de la salud: compleja y simple a la vez

La salud es extraña:
parece complejísima, llena de moléculas, interacciones, estudios en roedores, fármacos nuevos, listas interminables de “tóxicos”…
pero al mismo tiempo es más simple de lo que creemos.

Los estudios científicos aislados miran una molécula y su efecto.
Eso está genial para avanzar, pero es reducionista pensar que un suplemento va a arreglar toda tu vida.

Mientras tanto, nosotros:

  • vivimos estresados,
  • dormimos mal,
  • comemos deprisa,
  • y vamos por la vida con la cabeza en mil sitios.

Y nos preguntamos si necesitamos otro bote más en la estantería.

Europa no es el Salvaje Oeste

Otra cosa importante que olvidamos:
en Europa la regulación es bestialmente estricta.

Si algo fuese realmente cancerígeno o peligroso, necesitarías tragarte una cantidad absurda para que fuese relevante. Y aún así, te llegaría la alerta antes de haber acabado el bote.

Nuestro cuerpo además es una máquina de adaptación increíble.

Y no somos ratones de laboratorio viviendo en un entorno perfecto. Somos personas reales viviendo con:

  • reuniones,
  • estrés,
  • prisa,
  • falta de sueño,
  • y obligaciones.

Las tres patas reales de la salud

Después de miles de conversaciones, pacientes, lecturas y experiencia, me sigo quedando con tres pilares:

1. El estrés: tu enemigo silencioso

Si no te conoces y no sabes qué te sienta mal, da igual lo que suplementes.

2. Dormir bien (de verdad)

7–8 horas para casi todo el mundo.
Si crees que funcionas bien con menos, es que simplemente te has acostumbrado a ir cansado.

Si un mes te quitaras trabajo y estrés, te digo yo que dormías 8 horas sin pestañear.

3. Moverte

Actividad física regular.
No hay píldora mejor que esa.

Y ahora sí: ¿qué suplementos tienen sentido?

Aquí es donde la industria mete presión: botes, cápsulas, marketing.

Pero para la mayoría de la población, solo unos pocos tienen evidencia sólida:

  • Vitamina D → si tienes niveles bajos. En unos años se llamará Hormona D, ya lo verás.
  • Vitamina B12 → si consumes pocos alimentos de origen animal o eres vegetariano.
  • Magnesio → si tu dieta es pobre en vegetales de hoja verde.

Y ya está.
No necesitas diez botes encima de la nevera para estar sano.

Hazte una analítica antes de comprar nada

Mi recomendación es siempre la misma:
primero una analítica, luego ya vemos.

Podemos ayudarte a pautarla, interpretarla y tomar decisiones basadas en datos reales, no en modas.

¿Y la longevidad? ¿Vivir 120 años?

Tema candente. Tema bonito.

Pero hoy por hoy:

  • tu genética marca mucho,
  • tu entorno marca muchísimo,
  • y los suplementos marcan poco o casi nada.

Lo que de verdad se está investigando está más relacionado con:

  • cromosomas,
  • telómeros,
  • células madre…

…y aún está en fases experimentales.

Cosas sencillas que sí puedes hacer en casa

Sin obsesiones:

  • Para el lavavajillas → bicarbonato.
  • Sartenes → acero inoxidable o hierro.
  • ¿Teflón? No pasa nada si lo usas de vez en cuando. Solo evita cocinar cosas muy ácidas ahí.
  • Aprende a leer etiquetas.
  • Come comida real.

Y sí: puedes minimizar cosméticos y químicos innecesarios.
Pero sin convertir tu casa en un laboratorio.

Circadianos: la luz importa más de lo que crees

Si no puedes salir al sol:

  • Prueba una pequeña luz roja.
  • O una bombilla de espectro infrarrojo para apoyar la melatonina.

Pero, de nuevo, lo ideal es la luz natural.

Un apunte práctico sobre suplementación

Si tu dieta flojea en frutas, verduras y hojas verdes, el magnesio puede ser interesante.

Nosotros trabajamos con Bee Levels, suplementos de muy buena calidad.
Con el código AGM, tienes 5% de descuento.

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Cierro como empecé

Esta reflexión nace de una conversación real con amigos, pacientes y conmigo mismo.
De recordar esa frase tan buena de mi amigo Pablo Hernández.

Y de querer transmitirte algo simple, sincero y honesto:

Antes de suplementar, ordena tu vida.
Antes de buscar un bote, busca tus hábitos.

Todo lo demás suma, pero esto es lo que cambia tu salud de verdad.

Gracias por leer.
Y gracias, como siempre, a todos los pacientes que confían en nosotros cada día.

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